HABÍA UNA VEZ EN EL PAÍS DE LOS
ELEFANTES... UNA MANADA EN QUE LAS ELEFANTAS ERAN SUAVES COMO EL TERCIOPELO,
TENÍAN LOS OJOS GRANDES Y BRILLANTES, Y LA PIEL DE COLOR ROSA CARAMELO. TODO
ESTO SE DEBÍA A QUE, DESDE EL MISMO DÍA DE SU NACIMIENTO, LAS ELEFANTAS SÓLO
COMÍAN ANÉMONAS Y PEONIAS, Y NO ERA QUE LES GUSTARAN ESTAS FLORES, LAS
ANÉMONAS Y TODAVÍA PEOR LAS PEONIAS TIENEN UN SABOR MALÍSIMO, PERO ESO SÍ,
DAN UNA PIEL SUAVE Y ROSADA Y UNOS OJOS GRANDES Y BRILLANTES.
LAS ANÉMONAS Y LAS PEONIAS CRECÍAN EN UN
JARDINCILLO VALLADO. LAS ELEFANTITAS VIVÍAN ALLÍ Y SE PASABAN EL DÍA JUGANDO
ENTRE ELLAS Y COMIENDO FLORES PARA VOLVERSE MÁS ROSAS, LAS ELEFANTITAS LLEVABAN
ZAPATITOS COLOR DE ROSA, CUELLOS COLOR DE ROSA Y GRANDES LAZOS COLOR DE ROSA EN
LA PUNTA DEL RABO.
DESDE SU JARDINCITO VALLADO, LAS ELEFANTITAS
VEÍAN A SUS HERMANOS Y A SUS PRIMOS, TODOS DE UN HERMOSO COLOR GRIS ELEFANTE,
QUE JUGABAN POR LA SABANA, COMÍAN HIERBA VERDE, SE DUCHABAN EN EL RÍO, SE
REVOLCABAN EN EL LODO Y HACÍAN LA SIESTA DEBAJO DE LOS ÁRBOLES.
SÓLO MARGARITA, ENTRE TODAS LAS PEQUEÑAS
ELEFANTAS, NO SE VOLVÍA NI UN POQUITO ROSA, POR MÁS ANÉMONAS Y PEONIAS QUE
COMIERA.
ESTO PONÍA MUY TRISTE A SU MAMÁ ELEFANTA Y HACÍA ENFADAR A PAPÁ
ELEFANTE.
Y UN BUEN DÍA, MARGARITA, FELIZ, SALIÓ DEL
JARDINCITO VALLADO, SE QUITÓ LOS ZAPATITOS, EL CUELLO Y EL LAZO COLOR DE ROSA, Y SE FUE A JUGAR SOBRE LA HIERBA ALTA, ENTRE LOS ÁRBOLES DE FRUTOS EXQUISITOS Y
EN LOS CHARCOS DE BARRO.
LAS OTRAS ELEFANTITAS LA MIRABAN DESDE SU JARDÍN. EL PRIMER
DÍA, ATERRADAS. EL SEGUNDO DÍA, CON DESAPROBACIÓN. EL TERCER DÍA, PERPLEJAS. Y
EL CUARTO DÍA, MUERTAS DE ENVIDIA. AL QUINTO DÍA, LAS ELEFANTITAS MÁS VALIENTES
EMPEZARON A SALIR UNA TRAS OTRA DEL VALLADO.
Y DESDE AQUEL ENTONCES, ES MUY DIFÍCIL
SABER VIENDO JUGAR A LOS PEQUEÑOS ELEFANTES DE LA MANADA, CUÁLES SON ELEFANTES
Y CUÁLES SON ELEFANTAS, ¡¡SE PARECEN TANTO!!
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