1.
Los límites dan seguridad. El simple
hecho de establecer límites y normas permite que los niños se sientan seguros y
protegidos porque saben que hay un adulto al mando con quién pueden contar para
que les guíe en su aprendizaje.
2.
Los límites enseñan cuales son las
conductas adecuadas. Cuando los límites están claros y no cambian
constantemente, los niños saben si la conducta que practican es la adecuada o
no y también, qué consecuencias tiene el incumplimiento de una norma
3.
Los límites son un aprendizaje
fundamental para la vida adulta. Si
los límites y sus consecuencias (tanto del cumplimiento como del
incumplimiento) están bien definidos, los niños aprenden a tomar decisiones
según su propio criterio.