La función de poner límites significa
contener, cuidar y proteger. Nunca es tarde para poner límites y es importante
para el desarrollo emocional del niño. Un niño que no acepta los límites nos
está hablando y está queriendo decir algo.
Poner límites no significa gritar,
amenazar o hacer reproches. Cuando se pone un límite y, como consecuencia, el
niño tiene una rabieta, es importante mantener la calma y no asustarse.
Cuando los adultos ponemos límites,
puede producir rabia y enojo en el niño. Es normal. Con el tiempo los límites
calman y dan tranquilidad.
No lo olvides...
- Es importante que el niño pueda expresar sus sentimientos.
- Los castigos deben ser reparadores y para poder aprender, los castigos no son condenas.
- Hay que dar las órdenes con claridad, con firmeza y amabilidad y luego agradecer siempre lo hecho.
- Es importante poner normas y límites por amor y convencimiento, nunca por miedo o por coacción.
- Es fundamental reforzar las conductas positivas.
Ser cariñosos
Recoger nuestras cosas.
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