Y arriba, en su habitación, Roberto nota una Cosa terrible que sube, sube, sube,... hasta que sale de golpe...
LAS RABIETAS INFANTILES.
¿Por qué se producen?
Suelen comenzar a los dos años, cuando los
niños empiezan a desarrollar su independencia y no les gusta que sus padres les
digan qué hacer, o no les dejen hacer lo que quieren.
Aun no tienen capacidad para expresarse y argumentar
su disconformidad con los planes o decisiones de sus padres y esta incapacidad
para expresarse, irrita y frustra al niño.
También utilizan las rabietas para llamar nuestra atención o
manipular nuestras decisiones, (en este caso estaríamos ante una rabieta
voluntaria).
¿Qué no se debe hacer?
- Ceder ante sus deseos. Con la rabieta, el niño presiona a los padres y consigue que le den lo que quieren con tal de que se calle. Por eso, no hay que comprarle la golosina que ha generado la rabieta o darle el juguete que le hemos quitado.
- Alterarte o enfadarte. Si te alteras, te pones nervioso, te hace gracia, o tienes cualquier reacción que no sea la de permanecer como ni no pasara nada, lo que le estás transmitiendo es que te estás implicando en su rabieta y sólo vas a ayudar a empeorar la situación.
El mensaje ha de ser claro:
Le vas a ayudar solo cuando se calme. Y hasta
que eso no ocurra, le vas a ignorar, aun cuando sus gritos y llantos te coman
por dentro y te sientas muy mal, necesita de tu paciencia y apoyo, y por
supuesto que no le pierdas de vista.
¿Qué hacer cuando el niño se ha calmado?
Una vez que se ha calmado y sus nervios empiezan a
relajarse, tu reacción ante él sólo ha de ser de cariño y comprensión.
Los dos mensajes que han de aprender son:
La importancia de
calmarse por ellos mismos y la importancia de hablar o de pedir ayuda que, en
definitiva, supone aprender a comunicar los sentimientos.
Fantásfico libro para trabajar las rabietas con los peques. Un trabajo muy bien hecho. Gracias por contribuir de esta manera tan bonita y efectiva a la educación de los niños y niñas.
ResponderEliminarGracias a ti por un comentario cargado de cariño.
EliminarMe llena de alegría contar con el reconocimiento anónimo de alguien que como yo, ama la educación.
Un saludo.